¿Vivimos en el mundo de la digitalización o en el de la transformación digital? Estos dos términos son usados con mucha frecuencia como sinónimos, pero en realidad no lo son. Sin embargo, pueden considerarse como palabras similares o, al menos, relacionadas dentro del mundo digital. Te hablaremos de ambos conceptos y de todo lo que les rodea en estas líneas.
Digitalización Vs. Transformación Digital
Vemos muchos ejemplos de digitalización en nuestra sociedad. Destaca, por ejemplo, el de la administración en general dentro de sus oficinas. Igualmente, la banca tradicional es otro ejemplo de digitalización de los procesos. Sin embargo, todavía hay personas que no entienden sus procesos.
La digitalización puede llegar a ser una parte del camino, pero no es lo mismo que la transformación digital, ni tampoco es un requisito de este último. Además, el objetivo de esta transformación es adaptarse al usuario y al cliente en la era digital. Por tanto, lo primero es transformar y, en cierto modo, reinventar métodos tradicionales de gestión.
¿Qué es la digitalización?
Podríamos definirte la digitalización como el proceso de conversión de lo tradicional en lo digital. Esto es algo que ya hacemos de manera constante. Por ejemplo, cuando escaneamos un documento, se pasa del papel a un texto digital o, en vez de imprimir una factura y mandarla por correo, ahora está en pdf y se envía por email. Por tanto, estamos ahorrando, por lo pronto, tiempo con estas gestiones.
Es decir, los resultados son prácticamente los mismos con muy pocas diferencias, ya que, al final, el objetivo es, en el caso citado, que un documento llegue a otra persona. No obstante, es cierto que los procesos ahora son más rápidos e incluso más seguros, pero también que se basan en los mismos pasos.
Igualmente, no vemos nada malo en la digitalización, sino todo lo contrario. Es un paso importante que deben dar las empresas para que sean más eficientes, puedan ahorrar costes y dar un mejor servicio en general al cliente. De aquí en adelante, no esperes más para hacer tus labores en menos tiempo, pero recuerda que estarás haciendo una digitalización, no una transformación digital, ya que esta última es otra cosa.
¿Qué es la transformación digital?
Este proceso implica dos cosas, la propia transformación y el objetivo de adaptarse al mundo actual (digital). Estamos en una época en la que las reglas son muy diferentes a las de hace 15 años. Y esto se lo debemos al propio proceso de transformación digital, que implica la reelaboración de los productos, los procesos y las estrategias aprovechando lo que nos brinda la tecnología.
De esta manera, la transformación digital es un proceso que ayuda a las organizaciones a seguir el ritmo de las demandas emergentes. Permite que estas entidades puedan competir mejor en un entorno económico que sufre cambios de forma constante a medida que la propia tecnología evoluciona.
Por tanto, observamos que este modelo de transformación resulta necesario para cualquier empresa u organización que busque sobrevivir en el futuro. Y resaltamos tres aspectos clave que son determinantes para entender todo este proceso. Por un lado, la computación en la nube ofrece un acceso más rápido al software, así como nuevas funcionalidades, actualizaciones y un mayor espacio para el almacenamiento de datos.
Por otro lado, la tecnología de la información ofrece la posibilidad de enfocar las inversiones de talento y dinero a las investigaciones y el desarrollo de soluciones personalizadas. Finalmente, las aplicaciones móviles son esenciales para llevar a cabo el trabajo donde y cuando queramos. Y, en relación con ello, las tecnologías de inteligencia artificial permiten tomar decisiones más rápidas y precisas con argumentos sólidos en ventas, marketing, desarrollo de productos y otras áreas estratégicas.
El paso hacia lo digital
El término transformación digital resulta muy adecuado porque lo primero y lo más importante es transformar, sin por ello olvidar el proceso de reinventar. Lo cierto es que estamos dando pasos hacia una sociedad en la que la digitalización cada vez está más presente. Por ello, nos hacemos una pregunta: ¿todo digital? Seguramente en los próximos años, más pronto que tarde.
Ahora bien, ¿para qué deseamos que todo sea digital? Porque cada vez queremos que los procesos sean más rápidos, efectivos, eficaces, eficientes, etc. Todo ello se consigue con una estructura digital que englobe todos esos procedimientos y que sea capaz de dar respuesta a situaciones como hacer una transferencia online o hacer una gestión con el certificado digital.
En definitiva, la digitalización puede sernos de gran ayuda en la transformación digital, pero no es lo mismo, ni ambas tienen por qué discurrir por un mismo camino. La verdadera importancia de estos procesos reside en que los llevemos a cabo mediante la adaptación progresiva del usuario a la era digital. De lo contrario, la tecnología puede ser más rápida que las personas.
